Ingredientes:
150 gr. de azúcar
150 gr. de azúcar moreno
400 gr. de puré de calabaza
5 huevos
200 ml. de aceite de girasol (una taza aprox)
400 gr. de harina self-raising
1 cucharadita de levadura química
1 pizca de sal
1 cucharadita de bicarbonato
Especias:
1 cucharada (de sopa) de canela
2 cucharaditas de jengibre molido
1 cucharadita de nuez moscada
1 pizca de clavo molido
Para el frosting:
400 gr. de queso crema
400 gr. de azucar glass
75 gr. de mantequilla
1 chorrito de esencia de vainilla
Modo de preparación:
Precalentamos el horno a 175 º.
Engrasamos y enharinamos un molde redondo grande. O para evitar cortar nuestra tarta en tres láminas podemos dividir la masa en dos o tres moldes desmoldables.
Batimos en un recipiente el puré de calabaza con el azúcar moreno hasta que quede muy bien disuelto. A esta mezcla le añadimos el aceite de girasol, y seguidamente los huevos uno a uno sin dejar de batir.
En otro bol o recipiente mezclamos el azúcar blanquilla con la harina tamizada, la levadura, el bicarbonato, la sal y las especias.
Vamos incorporando los ingredientes secos poco a poco a nuestra mezcla anterior de puré de calabaza.
La masa ha de quedar suave y sin grumos para eso batimos muy bien.
Repartimos nuestra masa en el molde o moldes y horneamos durante unos 20 o 25 minutos, si lo ponemos sólo en un molde, necesitará más tiempo de horno, más o menos el doble.
Cuando esté listo, dejamos que enfríe y vamos preparando el relleno y cobertura.
Batimos muy bien el queso y la mantequilla (que estarán a temperatura ambiente) con el azúcar glass hasta obtener una crema consistente.
Cuando nuestro bizcocho esté bien frío, rellenamos cada una de las capas y lo cubrimos con nuestra crema de queso y mantequilla. Este pastel es un éxito seguro ;-)
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